Vivimos en un época en la que no nos paramos a mirar al cielo y uno de los motivos es la contaminación lumínica que existe en cada ciudad y que no nos permite apreciar este paisaje astronómico.
Por suerte, varias veces al año, sobre todo en verano, la gente acude a las zonas de menos población e, incluso, a plena naturaleza para apreciar la lluvia de estrellas. El pasado 29 de julio, se pudo disfrutar de las Deltas Acuáridas y, ahora, este 12 de agosto, se podrán ver las Perseidas, también conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo.
Estos luceros han servido de inspiración para muchos literatos que, a lo largo de los años, han plasmado en palabras todo lo relacionado con ellas, incluso poesías dedicadas exclusivamente a las mismas.
Poetas y sus textos
Entre estos autores encontramos a Federico García Lorca, con su poema Madrigal, en el que cita: “y las noches tienen las mismas estrellas” y:
“En mi cuarto sollozaba,
como príncipe del cuento,
por Estrellita de oro
que se fue de los torneos”
Un poema nostálgico, que refleja la tristeza de haber tenido a alguien en su infancia que quiso y que luego perdió y, pasado el tiempo, casi no la recuerda.
José Asunción de Silva habló también sobre estos astros:
“Estrellas que entre lo sombrío,
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejáis en el vacío,
jirones pálidos de incienso,
nebulosas que ardéis tan lejos
en el infinito que aterra
que sólo alcanzan los reflejos
de vuestra luz hasta la tierra
(…)
Lope de Vega escribió un poema titulado La clara luz en las estrellas, este elemento no forma parte del protagonismo del texto que cuenta una pequeña historia de dioses griegos, pero que ubica el momento:
La clara luz en las estrellas puesta
del fogoso León por alta parte
bañaba el sol, cuando Acidalia y Marte
en Chipre estaban una ardiente siesta
(…)
Pablo Neruda, en sus Veinte Poemas de amor y una canción desesperada, en su Poema 18, hace una declaración de su amor “aquí te amo” y con ello, como se siente “Me miran con tus ojos las estrellas más grandes”.
Rosalía de Castro también dedicó palabras a estos astros con su poema Brillaban en la altura:
“Brillaban en la altura cual moribundas chispas
las pálidas estrellas”
(…)
Sería imposible mencionar a todos los autores, de las últimas épocas, que han utilizado el recurso de las estrellas, un elemento que ha destacado en muchos poemas, una inspiración para hablar sobre las mismas, para comparar y hablar de belleza, el deslumbramiento y, por supuesto, el amor.