David Coria: “El flamenco, al igual que ocurre con la danza, siempre ha estado en continua evolución y ha tenido claras connotaciones político-sociales”

El pasado 22 de septiembre David Coria volvió a los escenarios junto a David Lago y el elenco de artistas que le acompañan para representar su última obra, ¡Fandango!, bajo la dirección musical de Hodierno y el baile de Florencia Oz, Paula Comitre, Maise Márquez y Rafael Ramirez.


¿Cómo ha sido volver a la Bienal en esta “nueva normalidad” en la que también el sector cultural ha tenido que adaptarse para llevar a escena sus propuestas?

Volver a subir a los escenarios, después de muchos meses sin poder hacerlo, ha sido algo muy emotivo e ilusionante. Adaptarnos a la “nueva normalidad” de los ensayos con mascarillas, fue algo extraño pero todo el equipo en ese sentido ha sabido adaptarse y actuar con mucha responsabilidad. Tratamos de guardar las distancias hasta el último día porque, obviamente, teníamos que actuar.

He leído que ¡Fandango! comenzó a gestarse en 2018, a raíz de la presentación de ‘Hodierno’ de David Lago en la Bienal de ese año. ¿Quién eligió a quién para llevar a término este proyecto? 

En realidad, aquí la culpable fue Daniela Lazary. En la anterior Bienal escuchó a David Lago y se le ocurrió la idea de juntarnos a los dos. Después, tuvimos múltiples reuniones con él y vimos cómo podíamos enfocar este proyecto que, finalmente, ha culminado con este espectáculo donde estoy acompañado, además de por David Lago, de un equipo de bailarines y músicos que lo han hecho posible. Eduardo Martínez, uno de los primeros bailarines del Ballet Nacional de España, contribuyó también con ¡Fandango! creando una pequeña pieza coreográfica. 

¿Cómo habéis logrado aglutinar parte de las tradiciones y la historia del pueblo español, a través del fandango, el baile y los sonidos más contemporáneos?

Todo este amalgama de introducir sonidos y elementos contemporáneos supone un reto a la hora de crear y que queden dentro del contexto del flamenco. A David Lago, cada vez que le hacen una pregunta así, suele decir que quien hace que realmente algo suene a flamenco, sin distorsiones de ningún tipo, sino que algo pueda sonar así porque al escucharlo el resultado sea flamenco, son los intérpretes. Un ejemplo que suele poner es el de Adela La Chanqueta, una artista que cantaba rancheras que sonaban a flamenco. 

En este espectáculo, además, la intención nuestra fue jugar con esa mirada reflexiva de los tópicos y antitópicos, y de nuestros puntos fuertes y débiles que también tenemos. Representar lo que somos y cómo nos ven desde fuera. Para ello, nos basamos en imágenes como el arroz, el sol, el toro, la flamenca, el dramatismo… Pero también, entendiendo que somos un pueblo guerrero y trabajador que siempre ha estado ligado a las labores de labranza, con una necesidad de contacto y de cercanía familiar muy fuerte donde, todavía, hay claros matices machistas y un pasado reciente marcado por una dictadura. La gastronomía también es un valor muy importante que hemos querido reflejar, al igual que la fiesta.

Antes que en la Bienal, tengo entendido que su estreno fue en el Teatro Nacional de la Danza Chaillot de París. ¿Cómo crees que hoy el flamenco y el baile es entendido fuera de nuestras fronteras?

¡Fandango! es una coproducción del Teatro Nacional de Chaillot y la Bienal de Flamenco de Sevilla. De forma que, el estreno, que fue el 26 de enero, lo hicimos en este teatro de París. Cada vez que salgo fuera puedo apreciar que el flamenco lo ven como un arte muy exótico y muy representativo de nuestra cultura. Diría que está muy bien valorado fuera de nuestras fronteras. A la gente le fascina y hay países con una gran afición al flamenco. Japón es un ejemplo, pero no el único.

Desde tu experiencia en el Ballet Nacional de España y en el Ballet Flamenco de Andalucía como coreógrafo y primer bailarín, ¿cuál crees que ha sido la evolución de la danza flamenca ahora que es más fácil encontrarla en centros donde también se imparten otros estilos? ¿Crees que también está empezando a nutrirse de otras corrientes? 

El flamenco es un arte muy vivo. Desde sus orígenes ha experimentado, dentro de un ambiente político y social muy determinado, una confluencia de diferentes gérmenes del folclore. Tenemos ejemplos como la introducción del cajón por parte de Paco de Lucía, que lo aportó en su momento y se ha quedado. Al igual que se han ido incorporando otros instrumentos que han acabado siendo desechados cuando, el flamenco, como arte vivo, ha visto que no le aportaba. Es decir, siempre ha estado en continua evolución y ha tenido claras connotaciones político-sociales. Y lo mismo ocurre con la danza. Ahora, en un ambiente absolutamente globalizado es reconocido como tal; la gente lo demanda por su exquisitez y su exotismo; las instituciones también lo reconocen y, gracias a ello, desde hace algunos años, ha pasado a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Una pregunta casi obligada es si puedes comentarnos cómo estáis viviendo los profesionales del sector cultural esta situación sobrevenida por la Covid. Recientemente, miles de técnicos de sonido, montaje etc., se manifestaron por toda España. ¿Crees suficiente el apoyo que los organismos oficiales están prestando al sector cultural para los artistas y para todos los profesionales que trabajan detrás de los focos?

Es una situación muy dramática pero estoy convencido de que no hay una mala intención. No podemos buscar culpables. Obviamente, si ellos están saliendo a las calles es porque sienten que las medidas que existen no son suficientes. Creo que es el momento de mirar por esta gente y por todos nosotros porque la cultura de un país es nuestro legado. Un país sin cultura no es nada. 

¿Qué opinas sobre los aforos que ahora están limitados al 50% de su capacidad, ¿Cómo os está afectando esta medida?

Es como la pescadilla que se muerde la cola. Tenemos ejemplos como los aviones y otros transportes donde constantemente se produce un volumen grande de viajeros. Obviamente, esto no ocurre en los teatros ni en los escenarios. Todo esto implica que pueda venir menos público, que se recaude menos, y esto, directamente, afecta a todos los trabajadores de este sector. Es algo incomprensible. No se entiende que en ciertos teatros y espacios habilitados de un gran tamaño, donde se puede mantener la distancia de seguridad, se estén aplicando estas medidas y no se haga por ejemplo, en el transporte. 

Tras la Bienal, ¿dónde podremos seguir disfrutando de tu arte y del elenco de artistas que te acompañan en ¡Fandango!?

En principio, si todo va bien, el 13 de octubre estaremos en Saint-Louise. El resto de actuaciones las tendremos fuera de España. Luego, en noviembre volveremos a actuar en Francia y en diciembre en Suiza. 


Representación del espectáculo ¡Fandango!, en el escenario del Teatro Central de Sevilla- C.R

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