Del 8 al 18 de octubre se celebra la Fiesta de los Patios de Córdoba. La ciudad andaluza vuelve a recuperar así la ilusión por engalanar los rincones de sus edificios y casas particulares, de cara a los turistas y cordobeses que van a visitar estos espacios abiertos decorados con sus famosos geranios en flor.
La crisis sanitaria afectó también a esta ciudad que vio como en el mes de mayo tuvo que cancelar la programación de este evento en pleno confinamiento. No obstante, la Diputación de Córdoba daba a conocer una programación que se ajusta a las recomendaciones y protocolos sanitarios para celebrar, ahora sí, este evento que atrae a miles de viajeros cada año por su vistosidad y exquisitez tradicional, que converge en el casco histórico del Alcázar Viejo con el barrio de Santa Marina, alrededor de San Lorenzo y la Magdalena, o el Palacio de Viana, uno de los patios más famosos de Córdoba.
Una tradición ancestral
La tradición de los patios posiblemente provenga de Ur, una antigua ciudad de Mesopotamia en la que a través de patios provistos de vegetación, conseguían crear microclimas para disminuir las altas temperaturas dentro del hogar. Más tarde, esta tradición fue imitada por los griegos, y posteriormente, los romanos lo introdujeron con su expansión por el mediterráneo en la península hacia el s. II a.C. Con la llegada de los musulmanes, el patio árabe introdujo la vegetación, la azulejería tradicional decorativa, que hoy hemos heredado y seguimos utilizando, y el zaguán en forma de ele para dar mayor intimidad. Aunque se convirtió en un espacio más reducido que en época romana, las ventanas que daban al interior de este espacio, han servido para dar mayor luminosidad y frescor a las habitaciones.
Cuando los cristianos consiguieron conquistar la ciudad en el siglo XIII, vieron la ventaja de los patios árabes y los asumieron como propios, respetando así sus construcciones. Allá por el siglo XIX, la Revolución Industrial obligó a muchas personas del campo a llegar a las ciudades a trabajar. Esta importante migración obligó a encontrar lugares donde acomodarse, llegando a ocupar espacios religiosos y casas que se convirtieron en “espacios comunales” donde podían vivir varias familias hacinadas en una o dos plantas. Estos patios se convirtieron en lo que actualmente conocemos como corralas que empezaron a perder cierta estética anterior al ser el sitio donde se ubicaban las letrinas, los pozos y lavaderos. Al ser familias de pocos recursos, cada desconchón o desperfecto de los muros de los patios, se disimulaban con maceteros. De ahí parece ser que proviene esa tradición que posteriormente se ha mantenido hasta nuestros días como una característica decorativa de los patios de Córdoba y de otras zonas de Andalucía que pasaron a imitar este estilo propio de esta zona.
El origen de la Fiesta de los Patios
En el siglo XX, la tradición de visitar entre los vecinos los patios de sus “convecinos” después de las procesiones de Semana Santa, propició que por parte del Ayuntamiento de Córdoba se ideara el proyecto de celebrar una fiesta de los patios durante la primera quincena de mayo; un concurso en el que se compite por el patio más bonito. Desde entonces, este prestigioso galardón otorgado por el Consistorio, sigue revolucionando año tras año a los ciudadanos de la que fue ciudad Califal, dentro de un ambiente vecinal en el que no sólo se compite, sino que se vive en comunidad para hacer del patio de sus hogares, el rincón más bello y admirado.
Paralelamente a esta fiesta, también se celebran actividades culturales de conciertos que recogen el folclore andaluz a través de actuaciones de flamenco en varias zonas de la ciudad. Si sumamos ese componente cultural a su gastronomía mientras paseamos por sus calles empedradas, disfrutaremos con nuestros cinco sentidos de la explendorosa ciudad de Córdoba.
La Fiesta de los Patios que se está celebrando este mes, cuenta también con visitas virtuales a través de las redes sociales y la web del Ayuntamiento de Córdoba.
Descárgate aquí el mapa de la ruta de los patios 2020.
