La Codorniz en Beas

En los años 50 fue requerido el alcalde de Beas por el Gobierno Civil, para que tratase por todos los medios de iniciar cursos de alfabetización. El por aquel entonces alcalde, don Manuel Ardoy, tuvo la idea de señalar con un lápiz azul a los que asistían a clase, en tanto a los que no acudían, en rojo. A éstos no se les servía alcohol en los bares. Enterada la revista La Codorniz, lo publicó en la sección “Crítica de la Vida”

En el año 2008 era Concejal de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Beas de Segura Víctor Camacho. Me sugirió que tratara de hacer algo cultural para el pueblo, me acordé que la revista La Codorniz había nombrado a Beas de Segura en la sección Crítica de la Vida. Nosotros podríamos hacer una exposición de la revista, le comenté.        

En los años 50 fue requerido el alcalde de Beas por el Gobierno Civil, para que tratase por todos los medios de iniciar cursos de alfabetización. El por aquel entonces alcalde, don Manuel Ardoy, tuvo la idea de señalar con un lápiz azul a los que asistían a clase, en tanto a los que no acudían, eran señalados en rojo. A éstos no se les servía alcohol en los bares. Enterada la revista La Codorniz, lo publicó en la sección “Crítica de la Vida”: una sección donde se editaba todo lo raro que sucedía en España que enviaban a la redacción.                          

Me pasé horas esperando que viniera gente a verla, fueron pocos, solo uno que era forastero la admiró y comentó: “Quién iba a pensar que en un pueblo hubiera esto”. Los jóvenes y adultos no sabían de qué se trataba. Una tarde se acercaron dos personas mayores, debían tener 80 años aproximadamente, me acerqué a ellos y les dije, “Ustedes tienen que conocer La Codorniz”. “Mire usted si la conoceremos que éste, (por su compañero) las ha criado y yo hasta perdices.  Acabada la exposición invitamos al acto de clausura a un gran humorista de La Codorniz, Antonio Madrigal Collazo, el cual entre muchas anécdotas nos contó que su primer requerimiento judicial por la censura tuvo lugar en plena luna de miel.                   

A pesar de todo tuvo cierta resonancia culturalmente, lo que justificó que la expusiéramos en Jaén, Tomelloso “Junto con Cabañas” en  Bilbao “Semana de la Risa”. En Córdoba, La Excma. Diputación nos permitió dar una charla sobre la revista La Codorniz, en el coloquio estaba Tomás Egea Azcona, excelente pintor y humorista gráfico, que llegó a dibujar en el semanario francés Le Rire al que hemos dedicado la VII edición del Premio Lorenzo Goñi nos preguntó por Saúl Steinberg, que luego supimos que era su humorista predilecto. Nos hizo la siguiente pregunta: “¿Es verdad que Steinberg no firmaba los dibujos?”. No es cierto. Con motivo de la edición Reflejos y sombras por la editorial Mediavaca (2012), El País publicaba un artículo afirmando que Steinberg no firmaba los dibujos por miedo, ya que era judío. Y no es verdad, ya que Steinberg tanto en La Codorniz (años 50) como en la revista The New Yorker se puede comprobar cómo sus dibujos llevan la firma STEINBERG con mayúsculas.  Desde esta fecha hasta su fallecimiento sentí una gran satisfacción por haber conocido a Tomás Egea Azcona.

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