Elecciones a la vista

El terremoto político que ha provocado la moción de censura, presentada por PSOE y Ciudadanos en Murcia, ha sido espectacular. Sobre todo, porque ha dejado, una vez más, al descubierto las miserias de la política española. Primeramente, se presenta una moción de censura que, aunque justificada, se hace en plena pandemia. El PP busca desactivarla recurriendo al transfuguismo. Por último, en Madrid, el PP utiliza la moción en Murcia para justificar la convocatoria de unas elecciones que podría dar a los conservadores el Gobierno de la comunidad en solitario.

¿Que representa cada uno de estos hechos? En Murcia, PSOE y Ciudadanos vieron una oportunidad. Los dirigentes del partido naranja pensaron que así aumentarían su pequeña cuota de poder y, al mismo tiempo, se distanciarían de la derecha, para volver a ser ese partido capaz de facilitar Gobiernos de cualquier signo. Al margen de consideraciones morales, la idea no era mala, pero estas acciones no se pueden llevar a cabo sin anticipación. Hay que ir siempre dos pasos por delante de los rivales y Ciudadanos parece no haber aprendido nada estos años. En Murcia se han dejado llevar por el oportunismo, por la ingenuidad y por un PSOE que, sin acuerdos con el PP, tenía menos que perder que ellos.

Reacciones en cadena

En consecuencia, la reacción del PP madrileño no se hizo esperar. Por fin tenían una justificación cara a la galería para romper el acuerdo de Gobierno con Ciudadanos, lo que les brindaba la posibilidad de conseguir gobernar la región en solitario. En la formación azul, conscientes de las encuestas electorales, saben que Ciudadanos perderá muchos apoyos con una nueva convocatoria electoral, así que no dudaron: ¡Nuevas elecciones! Sin embargo, para que la victoria fuera completa había que salvar Murcia, así que ofrecieron cargos a tres diputados de Ciudadanos, para que votaran en contra de la moción. Aunque en estos casos, el partido sea traicionado por sus miembros, convendría plantearse si, pese a ello, el transfuguismo es inmoral, dado que lo importante sería si hay traición hacia sus votantes.

En relación con lo dicho, una parte del electorado de Ciudadanos igual prefiere que continúe el PP en el Gobierno, antes que presentar una moción con el PSOE. Quién sabe. Los partidos políticos presumen de representar a la ciudadanía, pero estas organizaciones son meras maquinarias electorales que, una vez en las instituciones, solo representan sus propios intereses. El sistema parlamentario fue diseñado para que si alguien representara a la ciudadanía fuera precisamente el Parlamento. No obstante, cuando éste es colonizado por unos partidos que, con mano de hierro, dirigen a sus delegados, lo único que nos queda es una cámara al servicio las distintas formaciones políticas de acuerdo con la cuota de votos que consiguieron en las últimas elecciones.

Confirmado: habrá elecciones en Madrid

Mientras tanto, en Madrid una Díaz Ayuso consciente de que Ciudadanos se encuentra en una situación electoral muy delicada, aprovecha la oportunidad y se lanza a la convocatoria de elecciones. En política hay que controlar los tiempos e igualmente es legítimo aprovechar las oportunidades, pero hay que criticar la celebración de elecciones durante la pandemia. Esta sería la cuarta en menos de un año. El PSOE no quiso retrasar las elecciones catalanas, puesto que creían que aquella fecha les beneficiaba. Ahora el PP aprovecha su momento y tampoco le presta mucha más atención a la pandemia. Esto sucede, porque la clase política carece de la sensibilidad necesaria para anteponer la salud de los ciudadanos a otras cuestiones. Cuando no es la hostelería, es la Navidad, y si no las elecciones.

Sin embargo, en Madrid había otra cuestión y es que también había otra moción de censura presentada, aunque finalmente el TSJM ha dictaminado que prevalece el decreto de disolución y convocatoria de elecciones. Estas elecciones son una apuesta personal de Ayuso. Por tanto, si consigue ganar estas elecciones quizá Casado no lo celebre demasiado, ya que eso colocaría definitivamente a la actual presidenta de Madrid en el escenario político nacional. Aunque esto último, no deja de ser una suposición. Lo que parece más seguro es que Ciudadanos no obtendrá unos buenos resultados porque sus constantes vaivenes ideológicos han terminado por desconcertar a sus votantes iniciales quienes han apostado por otras opciones electorales con un mensaje más claro. La vocación de partido bisagra con la que nació Ciudadanos, solo le ha servido para que los partidos “mayores” (con más experiencia) se aprovechen de ellos.

 

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