La extinción gradual de los pagos en metálico

Esta columna que he titulado “la extinción gradual de los pagos en metálico” bien podría llamarse “adaptarse o morir. En estos meses hemos visto como la educación a distancia crece desorbitádamente. Son numerosas las entidades públicas y privadas que en esta cuarentena han facilitado el acceso a sus cursos de manera gratuita. Y aunque siempre ha sido necesario estar a la vanguardia, este fácil acceso ha permitido que millones de personas puedan seguir formándose y actualizarse principalmente en el mundo digital. Y es que como estamos viendo, los negocios del futuro ya no dependerán de un establecimiento físico. Esto aparte de suponer cambios estratégicos a nivel de empresa, requerirá también de una formación específica y avanzada. Una de las últimas noticias de las que los medios se hacían eco es que el Gobierno de España pretende poco a poco ir reduciendo el uso del pago en metálico. Un proyecto no de ley que el gobierno presentó al Congreso con el objetivo de ir limitándolo hasta que deje de ser útil. No obstante, por ahora, lo que se estudia es reducir la cantidad máxima de pago en metálico a 1.000 euros. Una medida propuesta para erradicar la evasión fiscal y la economía sumergida que crece de manera exponencial en situaciones de crisis como la actuales. A nivel empresarial también supone un problema, y es que este cambio de perspectiva pueda resultar caro a las pequeñas y medianas empresas. Y es que, no todas están adaptadas a ofrecer un servicio de venta online y asumir los costos. Y muchas de ellas por el sector económico al que se dedican, puede resultar también perjudicial e inasumible. Pero, es el futuro como también lo serán los coches eléctricos y la adaptación de este sector o su muerte.

Esta pandemia ha venido con cambios sustanciales ya previamente establecidos para cambiar aún más nuestro sistema de forma rápida y sin cortapisas. Han sabido aprovechar la excusa de que se trata de una medida para unificar el sistema tributario europeo.

Por otro lado,  algo que deberá ser estudiado será el costo de los ataques para evitar los posibles hackeos y la forma en la que configurar un sistema o sistemas más seguros.  Y aquí me gustaría hacer hincapié en los ciberataques que podrían provocar una falta de seguridad y peligro tanto para las empresas como para los clientes. Uno de los sistemas más populares de estos últimos años, es el sistema blockchain cada vez más popular y con más adeptos. Aunque lo cierto es que el método de pago sin el uso del metálico, y ya no me refiero a este último, ha sido tradicionalmente más utilizado entre la población con un poder adquisitivo más alto que entre las personas con rentas bajas. No obstante, lo que esta pandemia ha demostrado es que el miedo al contagio ha incrementado el uso del pago con tarjeta o online, frente al pago común y en efectivo. Una tendencia que podría ser más habitual y que no solo mejorará la fidelidad de los clientes en comercios y en empresas que son capaces de prestar este servicio, sino que hará tambalear a las pequeñas y medianas empresas frente a sus grandes competidores: las franquicias.

 

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