Sí, has oído bien, una revolución la de este proyecto iniciado por la compañía de Elon Mask, SpaceX, porque se trata de una de las ideas más revolucionarias de estos últimos años. Y digo años, porque SpaceX ha conseguido reducir los costes y crear cohetes que pueden ser reutilizados para lanzar los satélites Starlink en tiempo récord. De momento, ya están colaborando con la NASA en la fabricación de cohetes para iniciar los primeros lanzamientos comerciales.
Pero pisemos tierra, entre los múltiples objetivos de Elon Musk ya conseguidos está el de revolucionar la comunicación con el acceso global a internet. Y aunque existen algunos detractores sobre cuál es el objetivo real de este proyecto, Elon Musk ha conseguido lanzar al espacio la friolera de 420 satélites desde sus inicios hace apenas un año.
Se pone así a la cabeza de otras empresas como OneWeb, que en los últimos años también ha estado lanzando satélites al espacio.
Este revolucionario visionario y una de las cabezas más importantes de este último siglo, pretende ahora con este nuevo proyecto mejorar la comunicación llevando internet inalámbrico de banda ancha, de alta velocidad, a ubicaciones donde el acceso es costoso, falto de fiabilidad o imposible. Esta idea de hacer llegar a todo el globo internet de calidad, ha sido también objeto de críticas por parte de algunas asociaciones como la Unión Astronómica Internacional, ASAS-SN (un grupo de astrónomos de la Universidad de Ohio) e investigadores y astrónomos que actualmente se encuentran trabajando en proyectos de observación e investigación que consideran que el lanzamiento de estos satélites así como el número desorbitado que pretende alcanzar SpaceX, dificultará el estudio y futuros descubrimientos en el espacio.
Además la utilización de paneles solares en estos satélites que permiten reflejar la luz solar en la Tierra y ser visibles, según el Observatorio Internacional de Astronomía, puede también perjudicar a la óptica sensible de los grandes telescopios y generar futuras interferencias en las nuevas instalaciones de radioastronomía.
El problema de estos satélites es que a diferencia de los que tradicionalmente se han lanzado, los satélites Starlink orbitan a tan solo 550 km de distancia de la Tierra, lo que le permite ser visibles con respecto a otros que están al doble de distancia. De hecho, si te pica la curiosidad, Starlink permite en su página web que puedas seguir el curso de estos satélites según la ubicación donde te encuentras.
El acceso a internet en el mundo
Lo cierto es que según los datos ofrecidos por “We are social Hootsuite”, como podemos ver en la imagen de arriba, hasta enero de 2020, la población con acceso a internet representa actualmente el 59% de la población mundial. Esto es: 4,5 billones de usuarios frente al total de la población en el mundo que se estima está en 7,75 billones. Es decir, en torno a 3,21billones de personas, aún no tienen acceso a internet o lo tienen limitado. El porcentaje más alto de usuarios se encontraría en Europa.
El país con más usuarios, según esta gráfica, son los Emiratos Árabes con casi el 100% de su población. España se encontraría en el puesto número 14 con el 91% de su población, justo por delante de países como Bélgica o Francia, y justo por detrás de Hong Kong.
Pero lo cierto es que SpaceX no es la única empresa que está a la carrera por hacerse con el liderazgo; empresas como OneWeb, con sede en Reino Unido y colaboración europea a través de la compañía Airbus, ya había iniciado este proceso que le ha llevado a tener actualmente 74 satélites en órbita de los cuales, 68 están en funcionando. Pero también está la compañía ABS, que ya expresó su preocupación por las interferencia electromagnéticas que podrían producirse en los transceptores terrestres por el aumento de satélites en órbita. Estas interferencias electromagnéticas, en una situación de conflicto, ya fuera una “guerra empresarial” entre las compañías o por otros intereses o actores, en este caso, gubernamentales, podrían incluso propiciar una guerra electrónica de defensa como las ya utilizadas durante algunos conflictos armados, aunque a una escala mucho mayor. Además, esto supone un incremento de la radiación hacia la Tierra hasta ahora nunca vista.
Otro de los problemas que se prevén en el corto y largo plazo son los satélites que se quedarán inutilizados. La cantidad de residuos satelitales se incrementará sin que exista un marco legal regulatorio para obligar a las empresas a reciclar algunas de las piezas satelitales o hacerles salir de la órbita.
Satélites de vanguardia
Por el momento, Starlink se vende como la compañía que está a la vanguardia de la mitigación de residuos en órbita cumpliendo o superando según ellos, todos los estándares regulatorios de esta industria. Para ello, estos satélites están fabricados para utilizar su propio sistema de propulsión a bordo que les permite desorbitar. En el improbable caso de que el sistema de propulsión se vuelva inoperable, los satélites se queman en la atmósfera terrestre, en un plazo de 1 a 5 años, según apunta la compañía. Significativamente tardan menos años que los cientos o miles de años requeridos por otros satélites localizados a altitudes más altas. Aunque uno de los principales problemas es que muy posiblemente tengan una vida mucho más corta que los otros.
De momento, solo nos queda esperar los próximos movimientos de esta compañía, así como los de OneWeb, que espera seguir lanzando miles de satélites al espacio en los próximos años con la idea de mejorar nuestra conectividad.
Nos os perdáis esta entrevista realizada por Derrol Nail en la que aparece Elon Musk y el representante de la NASA, Jim Bridenstine contestando a las preguntas sobre este gran acuerdo de colaboración que va a permitir dar un salto de gigante en la conquista del espacio.