Adiós al plástico de un solo uso

En 2019 el Parlamento Europeo aprobó la prohibición de los plásticos de un solo uso. Una directiva que todos los estados miembros tendrán que adoptar antes del 3 de julio de 2021. El objetivo: reducir en un 50% el uso de los plásticos más peligrosos para el medioambiente y especialmente para los océanos. Y es que, según datos de la Comisión Europea, entre el 80 y 85% de la basura marina es plástico. Ecopropuestas y Decowood son dos de las empresas que, antes de que surgiera esta prohibición sobre el plástico, decidieron dar un vuelco a sus carreras profesionales para desarrollar un modelo de negocio más sostenible.

Ecopropuestas: la empresa con certificado OK Compost

Jordi, Javi, Miriam, Pablo y Angie son amigos y fundadores de Ecopropuestas, una empresa que surgió en Barcelona en 2007 y que vino a revolucionar el mundo de los eventos con propuestas basadas en el uso de vasos y vajillas reciclables, en un tiempo donde las empresas y las administraciones organizadoras los compraban de plástico de un solo uso.

Entrevista

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“Por aquel entonces, no existía la tendencia de respetar el medioambiente. Todo esto vino después. Nosotros apostamos por algo diferente. Creamos Ecopropuestas para ofrecer otras posibilidades que difícilmente se podían encontrar en el mercado”.

Javier Rodríguez, comercial y miembro fundador de Ecopropuestas

Productos compostables de Ecopropuestas

CE: ¿Qué os motivó a dar un vuelco a vuestras carreras e iniciar esta empresa?

JA: Nos dedicábamos al mundo de los eventos, aunque sin ser promotores. La idea de empezar este proyecto fue especialmente de Jordi Estalella, cansado de ver tanta basura de vasos y platos por el suelo después de cada actividad. De ahí surgió la propuesta de colaborar juntos en Barcelona. Fuimos cuatro los fundadores: Jordi Estalella, CEO administrador; Miriam Luna, diseñadora gráfica y quien lleva la comunicación de la empresa; Pau, encargado del servicio al cliente y la logística; y yo, Javi Rodríguez, que me encargo de las tareas comerciales. Más tarde, en 2009, empezamos en Canarias. Desde entonces, nos dedicamos 100% a esta empresa que tiene su almacén en Zaragoza.

CE: ¿Cómo ha sido desde entonces la búsqueda de clientes?

JA: A todo el mundo le gustó mucho la idea, aunque los primeros años no fueron fáciles porque este sector era muy distinto a como es ahora. Fuimos de los primeros en apostar por desarrollar propuestas ecológicas en materia de compostaje. Al principio no tuvimos tantas ventas reales como esperábamos. Pero poco a poco fuimos consiguiendo que la gente se diera cuenta del beneficio económico y medioambiental que tiene. La vajilla compostable vino después. Principalmente, sus destinatarios son ayuntamientos y empresas. De los últimos eventos donde hemos estado presentes, destacaría: las Fallas de Valencia, aunque este año no pudieron celebrarse, la Fiesta Mayor de San Lorenzo de Huesca y también, hemos vendido en hoteles de Huelva, la Universidad de Burgos, etc.

CE: ¿Cuáles son los materiales con los que están hechos vuestros productos? Y, ¿qué diferencias tienen con el plástico?

JA: El material principal del que está hecha nuestra vajilla es mater bi, un material compostable que nace de recursos renovables de origen agrícola. Un bioplástico que puede eliminarse junto a los desechos alimenticios para crear humus fértil. Pero el proceso de descomposición tarda un poco, entorno a un año o menos. Como resultado, conseguimos disminuir las emisiones de CO2 y reducir el consumo de energía de recursos fósiles. Además, sigue la normativa europea estándar: la Norma UNE EN 13432 del año 2002. Según esta norma, para que un producto se pueda definir como compostable, debe ser biodegradable y desintegrable en poco tiempo.  Muchas veces, encuentras en el mercado materiales que dicen ser compostables o biodegradables y después no lo son. Nosotros tenemos la garantía del certificado OK Compost en este tipo de producto.

Con respecto al plástico convencional, no puede reutilizarse al 100%. Muchas veces hay que incinerarlo, tiene petróleo y no puede convertirse ni desaparecer. Por poner un ejemplo, en un evento de 3.000 personas, que pueden consumir fácilmente cuatro bebidas, se gastan 12.000 vasos de plásticos de un solo uso. Con el tipo de vasos reutilizables de polipropileno que nosotros vendemos, las personas pueden reutilizarlo y llevárselo a casa de recuerdo, porque normalmente llevan la publicidad del evento. Y si lo tiran, debe ir al contenedor amarillo. También, con el sobrante que nos devuelven solemos triturarlo y reutilizarlo para producir tuberías, macetas, ceniceros… pero no para uso alimentario.

CE: ¿Qué respuestas estáis recibiendo de las administraciones con las que trabajáis y de las empresas que son vuestros clientes?

JA: La nueva normativa que se ha implantado este año, prohíbe utilizar materiales que no sean compostables. Cuando se tiran, deben ir al contenedor de los residuos orgánicos. Nuestro cliente final son las personas. De forma que, poco a poco, deben ir acostumbrándose a este tipo de material y saber a qué contenedor va. Nos hemos encontrado casos en los que los niños han enseñado a sus padres dónde deben tirarlos. Es una cuestión de educación. Por ello, cuando las empresas de catering o ayuntamientos apuestan por gastar más dinero en los compostables, ellos mismos se encargan de hacer la publicidad para que funcione y la gente sepa en qué contenedor va.

CE: A pesar de la entrada en vigor de la nueva normativa, ¿crees que hacen faltan más medidas o educar más sobre medioambiente?

JA: Todo evoluciona. Creo que estas normativas y las administraciones que han dado el paso desde Europa, lo han hecho porque saben que el planeta tiene un límite. Los datos están ahí. El cobro por las bolsas de plástico que realizaron algunas grandes superficies, fue el primer paso. Ahora, ya esto es el siguiente paso, aunque hacen falta más industrias dedicadas al compostaje. En Canarias, por ejemplo, no se pueden compostar estos residuos; no existe una industria dedicada a ello. Al principio de la pandemia, en el suelo era fácil encontrar guantes y mascarillas que después, podían acabar en el mar. La gente es así, no pueden cambiar de un día para otro, sino que hay que educarla poco a poco. En Barcelona, hay zonas donde premian la recogida selectiva de basura con bolsas compostables para que las puedan utilizar si las llevan a los contenedores. Es una forma de fomentar el reciclaje. Ese creo que es el camino para educar y concienciar a la gente.

Decowood: la ecommerce hecha por millenials que compite con las grandes superficies del mueble

Imagen de los fundadores de Decowood: Fernando Jiménez (a la izquierda) y Josep Talavera (a la derecha).

Josep Talavera y Fernando Jiménez son los jóvenes empresarios detrás de este proyecto que mantiene los valores de la carpintería antigua adaptada a los nuevos tiempos

Hace 5 años, Josep Talavera decidió dar un cambio de rumbo a su vida profesional. Venía del sector de la banca y lo dejó todo para iniciar un proyecto de venta de cajas de madera por internet, que resultó ser un éxito. En ese tiempo, conoció a Fernando Jiménez que por aquel entonces trabajaba en una empresa de venta de muebles online. Ambos conectaron y juntos crearon Decowood, una empresa que pusieron en funcionamiento con una inversión inicial de 3.000 euros. 

“Queríamos crear una empresa sostenible que vendiera decoración fabricada en España, con la idea de ser competitivos con IKEA y los demás importadores de muebles”, señala Fernando Jimenez.

Parte de su éxito se debe a la visión y experiencia previa del sector de la carpintería a través de la venta online. En la actualidad tienen un amplio mercado y exportan fuera de nuestras fronteras (Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo e Italia). Tras la puesta en marcha de este proyecto, que según apuntan no fue un camino fácil, “hemos logrado los objetivos y estar en la línea de salida que queríamos”. 

Decowood, la empresa que emprendieron sin ayuda de inversores,  cuenta con un equipo de más de 40 personas, varias empresas colaboradoras y una facturación que ronda los 5 millones de euros, en este último año, logrando posicionarse y competir con otras grandes superficies del sector, en una apuesta diferente y basada en la fabricación de muebles que provienen de fuentes sostenibles.

Entrevista

 

CE: Como empresa Ecofriendly, ¿podríais explicar cómo conseguís los productos y qué tratamiento reciben en su fabricación?

FE: Toda nuestra madera viene de bosques sostenibles, es decir, tienen un certificado que acredita que viene de maderas de bosques, plantados y tratados para la fabricación de muebles. Intentamos no utilizar ningún producto químico en el proceso de producción. Lo cual, es bastante costoso porque aumenta el precio del producto pero tiene un gran beneficio para el planeta porque no utilizamos materiales corrosivos, ni ningún otro producto que pueda ser contaminante. Intentamos también eliminar todo tipo de plástico en el embalaje. Algo que tampoco es fácil porque nos la tenemos que ingeniar para utilizar otros materiales, sobre todo para exportarlos a otros países. Por ello, utilizamos materiales como el cartón y algunos nuevos que han salido al mercado, que nos permiten evitar golpes y roturas en el envío. Con respecto a la fabricación intentamos fabricar lo máximo posible, pero donde no llegamos, buscamos ayuda de empresas cercanas (km 0) para poder servir de una manera rápida y menos contaminante. 

CE: Además de la madera, también utilizáis otros materiales, ¿qué empresas colaboran con vosotros en esos otros productos?

JO: Estas empresas también son cercanas y pasan un control por nuestra parte, porque a veces nos hemos encontrado con algunos proveedores que utilizan materiales que no nos representan. Por ejemplo: barnices que no son al agua, productos que contienen alcoholes, corrosivos, etc. La mayor parte la fabricamos nosotros, como decía Fernando, pero también estamos muy pendientes de las empresas que colaboran. Tenemos que concienciar a todo el mundo sobre el medio ambiente. Al final, es nuestro objetivo y lo que intentamos. 

CE: Por el tipo de muebles que fabricáis, ¿qué tipo de cliente suele consumir vuestros productos?

JO: Cuando hablamos de público objetivo vemos que cada vez es más amplio. Como empresa buscamos desde gente joven que se acaba de mudar y no quiere ir a la típica superficie que todo el mundo conoce hasta personas que tienen hijos, les gusta la decoración y buscan otras marcas porque están comprometidos con el medio ambiente y quieren otros tipos de muebles distintos a los que tiene todo el mundo en casa, a un precio muy razonable porque podemos compararnos con las grandes marcas: estamos ahí y somos de km 0. 

CE: ¿La pandemia os ha ayudado a llegar a otro tipo de público?

JO: Mucho más y a otros perfiles que antes no compraban online porque preferían ir a las tiendas a ver el producto antes de comprarlo. Ahora tenemos gente de 25 a 60 años que, por la pandemia, se ha acostumbrado a comprar online y les encaja nuestro producto por un tema de ideales que compartimos: el precio, la calidad del producto y la estética. Además, facilitamos todo tipo de cambios y devoluciones. La pandemia les ha cambiado los hábitos. Ahora no quieren ir a las grandes superficies. 

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