Ubicado a 350 metros sobre el nivel del mar con una extensión de 39.74 km2, lo convierten en uno de los pueblos más especiales de la comarca de la Axarquía malagueña. Frigiliana es un lugar favorecido por su posición geográfica, pues se encuentra rodeado de montañas y tiene unas vistas a tan solo 6 kilómetros en las que se aprecia, desde el horizonte, el municipio de Nerja y el mar Mediterráneo.
Esta paradisíaca villa es tranquila y agradable de visitar. Sus blancas casas con pequeños jardines de plantas y geranios de diversos colores, le dan esa armonía característica a la arquitectura de la localidad.
Hay diversos factores que lo conforman como un lugar auténtico. Su nombre por ejemplo hace referencia a la Edad Antigua cuando en la región hubo presencia de romanos, quienes probablemente unieron dos palabras: una es «Frexinius» y otra «Ana». La primera era un personaje romano del que se desconoce, y, la segunda, en unión con la primera, puede connotar: villa, cortijo o lugar. De ahí la composición de su nombre.
Este pueblo blanco es popularmente conocido por sus características arquitectónicas de origen árabe, y, considerado, el más puro de la provincia de Málaga. En el año 711, con el desembarco del capitán Tarik en Gibraltar, se inició la conquista musulmana de la Península, lo que dejó como resultado una comarca bajo el poder del islam. Con ello los árabes introdujeron elementos arquitectónicos tales como el sistema hidráulico de acequias y albercas que, incluso aún se conservan hoy. Frigiliana fue conocida también por integrar a finales de la década del siglo XV tres culturas: la hispano-mulsumana, la cristiana y la judaica.
La población de Frigiliana es de 3.000 habitantes, aproximadamente, entre frigilianenses y extranjeros de muchos lugares de Europa que han hecho de él, un pueblo recomendado para vivir o visitar. En el año de 1982 recibió el 1º Primer Premio Nacional de Embellecimiento de los Pueblos de España, esta es una de las pruebas fehacientes de que su belleza lo ha impulsado a ser un destino turístico gracias al cuidado y al amor de sus paisanos por este lugar. Ofrece un conjunto histórico y artístico que satisface a sus visitantes; además se realizan actividades culturales, sociales y en sus calles generalmente empinadas, podremos pararnos a disfrutar de su gastronomía en los restaurantes que nos encontraremos a nuestro paso de comida tradicional española y de comida internacional.
Una de las calles más importantes de Frigiliana es la conocida como Calle Real, la principal arteria del casco histórico y la única en la que pueden transitar vehículos, y que conduce al Ayuntamiento y a La Plaza de la Iglesia.
Clima
El clima característico de la Costa del Sol, facilita los cultivos de frutos tropicales; también se encuentran productos como el aceite de oliva, el vino moscatel, verduras frescas y, su producto estrella: la miel de caña dulce que introdujeron los árabes y cuya única fábrica de Europa se encuentra en este lindo pueblo.
Si hay que hablar de lugares acogedores, tranquilos y mágicos, sin duda Frigiliana es ideal. Además, si también disfrutas del senderismo, sus vistas y caminos te permitirán realizar un agradable recorrido.
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Sitios de interés para visitar
- La Cueva de los Murciélago. Es el lugar donde se hallaron utensilios que permitieron conocer la prehistoria y la evolución de los primeros habitantes. Los materiales recogidos fueron llevados al Museo Provincial de Málaga.
- El Castillo Árabe de Lízar. Quedan algunos restos de su cimentación en la cima del Cerro de la Sabina en Frigiliana. El castillo sirvió de refugio a los moriscos quienes hicieron caso omiso a la Real Pragmática de Felipe II que limitaba sus derechos.
- La Ermita Ecce Homo, o la también llamada: «Ermita de Santo Cristo de la Caña». Es el punto donde se dan inicio a la mayoría de fiestas como el Carnaval, el Día de la Cruz, el Festival Tres Culturas, San Sebastián, la Feria de San Antonio, el Día de la Miel, La Semana Santa, entre otras.
- El Ingenio o la también llamada: «La Fábrica de Miel de Caña Nuestra Señora del Carmen». Se trata del lugar artístico e histórico más interesante como patrimonio industrial que queda en la localidad. Construido en el siglo XVI, mantiene aun los restos del sistema hidráulico y un tren de molinos. Actualmente se utiliza la planta baja para la distribución de la producción de la miel.
