Texas: la tormenta inusual

EE UU es uno de los países acostumbrados a tener inviernos fríos y fuertes nevadas que obstruyen ciudades como Nueva York o Washington D.C. Pero la súper tormenta de este año ha llegado a superar cualquier expectativa. La semana pasada Texas sufría una de las olas de frío más insólitas que se recuerdan. Un azote que se intensificó en el sur y centro de Estados Unidos y que ha dejado a más de cuatro millones de personas sin suministro eléctrico.

Esta situación es explicada como una de las consecuencias del calentamiento global que genera una disrupción del vórtice polar que, en condiciones normales queda en el ártico pero ha empezado a desestabilizarse y adentrarse hacia el sur, provocando una tormenta algo inusual que ha afectado a 30 Estados con especial incidencia en el Estado de Texas.

En estas circunstancias se han producido importantes daños y colapsos de tuberías congeladas por el temporal, cierres de aeropuertos, carreteras y comercios. Literalmente, el Estado ha tenido que echar el cierre.

En medio de esta catástrofe para los texanos, el precio de la energía ha subido en un 10.000%, y con ello, el beneficio de las eléctricas, parte también culpable de la situación en la que se encuentran por la falta de suministro. Y es que, en 2002, para evitar regulaciones federales, Texas se desconectó del sistema eléctrico nacional y canceló cualquier incentivo para que las energéticas construyeran reservorios de energía (especialmente de gas natural) ante posibles situaciones de demanda tan altas como las que ahora mismo están necesitando.

Lo que pasa en el Ártico nos afecta

Junto a la crisis sanitaria, este año también hemos sufrido en Europa masas de aire frío procedentes del vórtice polar. Y en enero de 2021 nos llegó a España, provocando tormentas como la reciente Filomena. Una explicación que, como ya comentábamos antes, es atribuida al cambio climático aunque en el clima de la Tierra interviene muchos más factores. No obstante, las pruebas apuntan hacia esa dirección. El océano cada vez absorbe más calor del Sol y la corriente de chorro, que actúa como barrera entre el aire frío del vórtice, se está debilitando al aumentar la temperatura en el Polo Norte.

¿Tendremos más Filomenas en el futuro? ¿Habrá más desastres naturales? Ambos ejemplos que se vivieron en la Comunidad de Madrid, en el norte de Europa y ahora en el Estado de Texas, alertan de que seguimos sin estar preparados para hacer frente a inclemencias tan inusuales como las que hemos vivido nada más empezar este año y que, tienen toda la pinta de que cada vez serán más comunes por los desajustes que provoca sobre los sistemas de la Tierra.

Se estima que episodios de estas características supondrán grandes pérdidas humanas y económicas. Por eso cada vez más personas quieren poder anticiparse, saber qué lo causa y si está relacionado con el cambio climático. En este sentido, los científicos trabajan para elaborar modelos matemáticos que puedan predecir lo que nos espera en el futuro, pero ya avisan que las consecuencias del cambio climático siguen siendo impredecibles.

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