A la captura del CO2

Los llamados bosque sintéticos son el futuro para la creación de plantas de extracción directa de aire a gran escala que podrían capturar, de forma permanente, más un millón de toneladas de gas cada año. Al menos esa es la intención de la aerolínea norteamericana United Airlines que ya está trabajando para alcanzar el objetivo de cero emisiones de aquí a  2050. 

Hasta ahora, el modelo seguido por esta indusrtia era la compra de compensaciones de emisiones de CO2: un enfoque de mercado cortoplacista, no exento de críticas, que se puso de moda en los años 90. 

El plan, que copia otros proyectos como los de Canadá, Islandia o Suiza, se suma a la protección de los bosques y océanos que también absorben el CO2 de forma natural.

United Airlines pasará así a ser una de las aerolíneas más innovadoras en el uso de esta tecnología, que logra capturar el CO2 y aspira a involucrar al sector turístico y a los viajeros a través de la creación de bosques sintéticos sin tierra cultivable. En los próximos años se espera que otras aerolíneas se sumen también a esta iniciativa.

Pero en la puesta por alcanzar este objetivo, United Airlines invirtió en la empresa 1PointFive para el proyecto más inminente: la creación de una planta de extracción a gran escala en Texas.

Sin necesidad de almacenarse en el suelo, el carbono capturado podrá ser reciclado para emplearse como materia prima; un proceso que convertirá al propio carbono en un producto para combustible sostenible con la implicación del sector de la aviación, en el que los viajeros de la aerolínea podrán también participar ofreciendo donaciones para fomentar el uso de esta tecnología en la captura del CO2.

Biocombustibles avanzados

Otro de los proyectos es el Plan Estratégico de Repsol 2021-2025. La compañía española quiere apostar por establecer una economía circular basada en una nueva refinería en Cartagena (Murcia) para impulsar los biocombustibles de bajas o nulas emisiones a partir de CO2 capturado y de hidrógeno renovable en su otra planta de Bilbao. 

Una inversión de más de 188 millones de euros que proporcionará trabajo a 1000 profesionales y facilitará en nuestro país el desarrollo y la diversificación industrial hacia la producción de biocombustibles.

En el acuerdo firmado con la Comunidad de Murcia, se espera que la planta pueda estar operativa para el 2023. 

Los biocombustibles que se fabricarán en la planta de Cartagena serán utilizados en aviones, camiones o coches, y se calcula que permitirá reducir 900.000 toneladas de CO2 al año. Una puesta en marcha más para ralentizar el calentamiento global. 

Su otro gran proyecto es la producción de combustible a partir de hidrógeno verde creado con agua y CO2, como materias primas, que también podrán ser utilizados en motores de combustión como automóviles, camiones, aviones, etc. La capacidad de producción que se estima es de 50 barriles al día de combustible que reducirá a cero las emisiones netas de CO2. 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *