Sobre la monarquía y los distintos modelos de república

Sobre la Corona

La marcha de Juan Carlos I, más allá de sus posibles responsabilidades, deja en una delicada situación a la monarquía. Pese a ello, probablemente siga siendo la forma de gobierno del Estado. En primer lugar, porque resulta muy complicado cambiar el Título II de la Constitución. ¿Por qué? Porque algunas partes de la Constitución, como el título mencionado, solo pueden modificarse mediante un tipo de reforma conocida como agravada, y que es regulada en el artículo el artículo 168. Este procedimiento exige ser aprobado por dos tercios de las Cortes Generales; la disolución de las mismas; una convocatoria de elecciones; y, finalmente, un referéndum. Por otra parte, es una pata de apoyo del propio sistema y la clase política prefiere disfrutar del poder que goza bajo el amparo de la certeza, que abrir un periodo constituyente, lleno de incertidumbres, que pueda dejar fuera a muchos gobernantes actuales.

En cualquier caso, si España optara algún día por la república como forma de gobierno, también debería hacerse una reflexión previa sobre cual sería la más conveniente. En este sentido, desde una óptica simplista se tiende a afirmar que una república es solo sustituir el rey por un presidente. Por consiguiente, los detractores del republicanismo presentan una visión muy poco seductora de esta opción. Normalmente se afirma que “mucho lío para tan poca cosa”. Asimismo, en muchas ocasiones se defiende a la monarquía española basándose en el gran papel que jugó Juan Carlos I. En mi opinión, reivindicar la superioridad de un sistema apelando solo a lo que hizo una determinada persona es rebajar el nivel intelectual de la discusión. ¿Sería acertado afirmar que las repúblicas son mejores por el mero hecho de que éstas contaron con la grandísima talla política de presidentes como Thomas Jefferson o Franklin D. Roosevelt? Probablemente no, puesto que la defensa de uno u otro sistema debe hacerse debatiendo sobre las cualidades de los mismos. 

Dos tipos de repúblicas

¿Qué diferencia a la república de la monarquía? Que en la primera el jefe de Estado es elegible y presumiblemente no gozará de inviolabilidad. Dicho esto, ¿qué repúblicas existen? Básicamente dos: la parlamentaria y la presidencialista. En la parlamentaria coexistiría el presidente del Gobierno o jefe del ejecutivo, con un presidente o jefe de Estado. En este caso, las atribuciones del presidente no suelen ser muy extensas, de hecho el presidente de la Segunda República Española, tenía unas competencias muy parecidas a las del rey actual. Sin embargo, el artículo 82 de la Constitución del 31 establecía la posibilidad de que éste fuera destituido antes de finalizar su mandato, y el 85 dictaba que el presidente es criminalmente responsable de los delitos que pudiera cometer respecto de sus obligaciones constitucionales. 

En cualquier caso, este tipo de repúblicas suele plantear un problema que ya se da en España: la nula separación entre el poder ejecutivo y el legislativo. Esto se debe a que en estos sistemas unas elecciones legislativas determinan la composición de la cámara baja y luego ésta designa al jefe del ejecutivo. En consecuencia, la elección del presidente suele llevarse a cabo de manera indirecta a través de la sesión de investidura. Por ejemplo, el artículo 68 de la Constitución del 31 determinaba que era elegido por las Cortes y unos compromisarios. Otro tipo de asunto es el contenido social o ideológico que pueda tener una república. La del 31 se organizaba como una república de trabajadores, dotándose así de unas aspiraciones propias y concisas.

El otro tipo de república, la presidencialista, es más popular en el continente americano, como por ejemplo en los Estados Unidos. ¿En qué se diferencia de la parlamentaria? Principalmente evita una duplicidad básica: no hay un presidente del Gobierno y uno de la república, sino que ambos cargos se reunen en una misma persona. Además, lo más interesante es que suele ser un cargo directamente elegible por los ciudadanos en un procedimiento destinado exclusivamente a designar presidente del país. Mientras tanto, los miembros del poder legislativo se eligen en otro procedimiento distinto, lo que asegura que exista una independencia entre los miembros del Gobierno y los del poder legislativo. Igualmente, este modelo puede ser más barato precisamente porque no tiene esa duplicidad.

Que cada país decida

Pese a lo dicho, existen más tipos de repúblicas como las socialistas o populares, pero esos calificativos responden a otros elementos y no a cuestiones meramente organizativas. Al final la pregunta que subyace es: ¿qué es mejor una república o una monarquía? Evidentemente la primera presenta una serie de ventajas sobre la segunda como la rendición de cuentas, no romper la isonomía o una mayor capacidad para adaptarse a los cambios. No obstante, lo ideal es que cada población se pronuncie sobre el sistema que desea, tal y como hizo Italia en 1946 y Grecia en 1974. Después solo queda aceptar al resultado, dado que ser demócrata es justamente eso. 

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