Una celebración de año sin los allegados I María Gómez Peinado

cena de Nochevieja

Ha sido la primera vez que no hemos podido reunirnos con la familia y allegados en estos días, y creo que será una de las cosas más extrañas que viviremos en nuestra vida. Pensar que vivimos con limitaciones para desplazarnos y reunirnos con familiares y amigos, e incluso, con limitaciones de horario para poder deambular por la calle, es cuanto menos algo curioso y digno para ser estudiado por psicólogos y sociólogos como un tiempo único donde no ha hecho falta ejercer la fuerza para que todos obedezcamos… El único aspecto positivo, si es que lo hay, es el ahorro que estamos haciendo al no estar gastando más de la cuenta como se suele hacer en estas fechas. Después de todo, nuestros bolsillos lo agradecerán; aún nos quedan por pasar algunos meses  hasta que termine esta situación de incertidumbre que vivimos, por lo que todo ahorro será una gran ayuda.

En esta Nochevieja, no pudimos ni tomarnos las uvas como de costumbre tienen muchos madrileños, en la Puerta del Sol. Lo que denota que la gente está más que concienciada y está siendo responsable. Hablamos de Madrid, no de un pueblo, donde viven millones de personas. Una ciudad viva que en la noche se convierte en un sitio de ocio para muchos ciudadanos de aquí y allá que vienen a la capital para divertirse en la última noche del año. Mi extrañeza cada vez que veo en los medios ciertos intentos por culpabilizar a esta ciudad y al pueblo de Madrid, porque haya personas que demuestran que no tienen empatía hacia los demás, ni creen en lo que está pasando, no es motivo para colgarle el sambenito a toda una ciudad. Demasiado aguantamos los madrileños que vivimos en pisos muy pequeños, donde lo que más falta es espacio, o el riesgo al que nos exponemos a diario cada vez que cogemos el metro para ir a trabajar. Por tanto, dejemos de dar lecciones. La gente, en su mayoría, está bastante bien aleccionada por el miedo que desde hace meses se propaga sin ningún pudor a niños, adultos y ancianos. Y el comportamiento, está siendo ejemplar. 

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