El negocio de los test I Por Raúl Martínez Oñate

Los que ya hemos pasado por la prueba de este año que viene siendo, haber superado de puntillas el coronavirus prácticamente sin enterarnos, también hemos tenido que hacernos el test, seguir las pautas de auto confinamiento. Más tarde, para poder incorporarnos a nuestro trabajo, con 10 días de encierro, aún seguiríamos sin saber si seguimos siendo positivos para la Seguridad Social. Al menos, parece que no seríamos tan contagiosos. Y es que el segundo test que debería ser obligatorio, corre por nuestra cuenta. Es aquí donde podremos encontrar un mar de ofertas: test desde 25 euros, test desde 75 euros y te dice la carga viral, test rápidos y test lentos, muy lentos. El caso es que la necesidad de saber si estamos sanos para volver a circular, corre por nuestra cuenta y, claro, hay gente que se aprovecha. De igual forma que se ha ajustado el precio de las mascarillas, debería pasar lo mismo con los test. Y, aunque ya se habla de que quizá las farmacias también asumirán esa responsabilidad,  lejos de eso, todavía es el mercado de la oferta y la demanda quien manda, y se ajusta al precio que diga el que lo comercia y el que te lo vende. Así es normal que haya colas en hospitales privados donde los realizan por el módico precio de 25 euros. Una cola que, mientras esperas, puedes pasar más de 15 minutos al lado de una persona que posiblemente de positivo. Imagínense como pitará la aplicación del Radar Covid en estas colas de espera.

El caso es que pasarlo lo pasaremos todos, y para entonces no sé si la vacuna será incluso necesaria, o si tendremos inmunidad para los próximos dos años. Pero oiga, ¡Qué gran negocio lo de los test!

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